El control y vigilancia de guardianes corruptos: ¿Reformas eficaces ó simples “cruzadas" de distracción?

Resumen

La corrupción constituye una amenaza al gobierno democrático en la medida en que destruye el orden público y hace posible la ocurrencia de prácticas inconsistentes con las promesas formales del proceso político. En esa medida, no resulta sorprendente que junto a las crecientes peticiones en pro de la democracia y de la protección transnacional de los derechos humanos, encontremos también otras en pro de la eliminación de la corrupción y el fortalecimiento de los gobiernos honestos. Sin embargo, al analizar el propósito central de la mayoría de programas trasnacionales encaminados a combatir la corrupción, surgen dudas en torno a la realidad y seriedad de los compromisos adquiridos. En este artículo, Reisman analiza algunos de estos programas y concluye que los mismos no tienen como objetivo fundamental eliminar la corrupción desde las estructuras de las élites, sino que constituyen meras cruzadas, que simplemente desvían la atención de las prácticas corruptas con el objeto de crear la ilusión de cambio.

 

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