Nota Editorial
Escrito por Adriana Vega
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Nota editorial
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La necesidad de la paz
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En estos momentos de diálogos, es importante anotar algunas cosas sobre la procura de la paz. La primera de ellas tiene que ver con la ausencia de una verdadera izquierda democrática en el paÃs. Nuestra izquierda ha sido muy precaria por múltiples razones, probablemente y la más importante, es por la falta de apoyo estatal, situación que debe entenderse como ausencia de garantÃas y persecución por parte del Estado y de la Sociedad colombiana. La segunda, no menos trascendente, es la falta de un discurso democrático de nuestros grupos guerrilleros, quienes viven enfrascados en la utopÃa socialista, que como bien lo enseña la historia fue un rotundo fracaso, porque se convirtió en una dictadura, no precisamente la del proletariado, sino la de la Nomenklatura.Â
Muchos de estos fervientes creyentes se atreven a decir que esa utopÃa no fue socialista, pero siguiendo a la gran escritora alemana Hertha Müller, concluimos que sà lo fue y que sus profetas fueron Marx, Lenin, Stalin y Mao, quienes son responsables de haber cercenado las libertades públicas hasta lÃmites insospechados. Sólo citaremos un ejemplo referido por la nombrada premio nobel alemana, en la RumanÃa comunista, donde estaba la dictadura de otro gran profeta, el sanguinario Nicolai Ceacescu. No habÃa derecho a la salud para los mayores de 65 años, cuando éstos llegaban de urgencias a un hospital, los médicos se negaban a atenderlos y los enviaban a su casa para que murieran, pues eran muy caros para el Estado. Este paradigma nos sirve para entroncar con el otro gran escollo de la paz y es la aplicación inhumana de la teorÃa neoliberal, la cual desde César Gaviria hasta Juan Manuel Santos, ha sido el pan nuestro de cada dÃa.Â
Esta doctrina ha ahondado nuestras diferencias sociales, asà los últimos gobiernos lo nieguen, llegando al absurdo de proclamar a los cuatro vientos que hemos reducido la pobreza, pero lo que en realidad han hecho nuestros grandes tecnócratas, que también tienen sus profetas como Hayek o Von Misses, es variar las estadÃsticas de medición y concluyen que en Colombia es pobre quien gana menos de 200 mil pesos mensuales, lo que es inhumano. El presidente Santos y sus ministros meten un mico en el plan de desarrollo, en el que los empleados que tienen su pensión en fondos privados, deben costear por las pérdidas que sufran los fondos al jugar con el dinero de sus afiliados.Â
Concluimos que si estas visiones no cambian, es imposible alcanzar la paz, por lo que estamos en mora de traer ideologÃas verdaderamente incluyentes como la democracia cristiana y la socialdemocracia.
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MIGUEL MALAGÓN PINZÓN
DIRECTOR REVISTA DE DERECHO PÚBLICO
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